Acabo de terminar el libro La vida periférica, de Roxana Villareal, autora mexicana que se estrena con este conjunto de relatos cortos, arrancados al tiempo tirano de la vida doméstica. Una mirada que se detiene en el propio cuerpo, las uñas, en algún instante, o en el exterior, en viajes, vagabundeos. Es un texto de fragmentos bajo la luz portentosa del tiempo moderno, acelerado y sin afecto. Roxana llena ese tiempo de los hechos cotidianos simples y los convierte en hechos fundamentales. Me hubiese gustado que algunos relatos fuesen más extensos, pero, en su brevedad, logran otro efecto, inmediato, fugaz, como una estanpa, o una nota rápida dirigida a quien los va a leer.
La escritora Elvira Navarro estaba al ranto de la selección de los autores de la editorial Caballo de Troya, y creo que ha tenido excelente ojo, porque Roxana tiene nervio, tiene un ojo que mira y mira hasta desnudarnos la realidad. Por otro lado, el uso de expresiones mexicanas dan un tono, una presencia. Hay muchas cosas más en este libro que he leído en medio de un resfriado colosal por el clima que cambia según el recalentamiento global, nuestra pesadilla de ahora. Dando vuelta en torno a los temas que se desgranan como collares de perlas que contiene este libro. Es un poco lo que sucede con la vida Periférica, vagabundear por los rincones, husmear. Como no esperar nada de la vida, salvo fragmentos, islas. Y con eso basta.
2 commentaires:
Es el relato, para mí, como un lago de palabras, de las cuales hay que desembarazarse más pronto que tarde. En cambio he tardado meses en descubrir el momento adecuado para dejar este comentario. ¿Será comprensible ese español de mejico para un castellano? Un saludo.
pero,claro que sí. Ellenguaje es algo vivo...
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