¿la experiencia se adelgaza en Francia hasta casi desaparecer? Es lo que trato de entender mirando por la ventana una vereda por donde no pasa nadie. Hay calles vacías, y calles llenas donde hay tiendas, pero hay una ausencia de vínculo, de mirada. Inventar voces sin tener voces, rostros sin tener rostros, experiencias sin experiencias, es todo el desafío de la escritora. Sucede que necesito esas texturas, desplazarme a través de ellas, para poder sentarme a escribir. La vida no sucede y entonces todo se hace tan virtual que el lenguaje ya no tiene fuerza, se fosiliza.
no tengo ganas de sentarme a escribir porque no sucede nada y eso me lapida, me paraliza.
hacer que las cosas sucedan en el interior es un diálogo interior-exterior... difícil imaginar lo aburrida que es la vida en provincia, pero, París, París también me agota, se ha vuelto desencarnada, se ha vendido completa....
regresaré con más ímpetus. Hay pocas ganas de escribir, no hay texto, puesto que en general la vida me parece un texto que hay que descifrar, y descifrar en medio del aburrimiento, ¿es posible? Y si no hay nada que descifrar, si la poesía se detiene?
es fácil escribir, pero hay que ser un poco pantera, un poco salvaje, un poco ingenua, y eso, se me está quedando atrás...
lundi, octobre 26, 2015
lundi, octobre 12, 2015
¿Hacia la desaparición de los derechos de autorA?
Ayer, que visitaba una librería, cogí un librito que me dijeron que era gratis, el tema: ¿2015, el final de los derechos de autorA? Lo feminizo porque nos implica también a las pocas mujeres que nos dedicamos a escribir. Según este informe-texto de Richard Malka (abogado del semanario Charlie Hebdo), en Europa se ha pasado a un milímetro de la aprobación de una ley sobre los derechos morales de autor. El sistema, que tiende a liberalizarse en todas las esferas, quiere que se acabe con el principio de "derechos de autor". Lo primero es entender qué está pasando en esta época digital en la cual muy poca gente lee y si lo hace es dentro de otro marco, menos disposición de tiempo y tendencia a invertir cada vez menos en los libros. En la comisión europea (y bajo presión norteamericana) se ha estado peleando por una reforma que desea reformar varias cosas que atentan directamente la idea de derechos. La primera es la gratuidad a través de la digitalización de una gran parte de fondos literarios, lo que llevaría a las bibliotecas a disponer de ellos con una exoneración de derechos que irían en contra de quienes escriben los libros. No solo es esto, son una serie de reformas, como abolir las limitaciones técnicas en función de la geo-localizaciónl y la libertad creativa (por ejemplo un autor podrá utilizar un personaje creado por otro sin su autorización, etc) y derecho a la información. En realidad todo parece muy justo y necesario solo que estas liberalizaciones del mercado se dan a través de los monopolios que ejercen control de mercancías (miremos a la literatura como una más ya que estamos) y y censura, quien no se adapte al Maenstream, muere. Es lo que está pasando con las grandes editoriales que han dejado sin espacio a las independientes, es la forma más sencilla de dominación cultural (que sea Alfaguara, Radom House) y de sometimiento, hay que aceptar las reglas que tenderán a homogeneizarse acabando con la libertad de las personas que deseen, de manera, romántica, crear.
Si el autor y la autora dejaron de existir desde el instante en que la idea del texto inmanente y todopoderoso en manos del lector apareció con Barthes, quien estaba lejos de imaginar esta explosión antropológica del Internet, ahora, el mercado terminará con la idea de originalidad y de derechos de autor. O sea, Google y Amazon harán explotar las barreras geográficas para, se supone, "democratizar" el acceso a fuentes importantes de saber (sic). Yo creo que a mí también me lo pareció, el hecho de que la literatura siga siendo un hecho aislado y elitista, me parecía arcaico (de alguna manera la hago responsable de no haber sabido entender su tiempo, y con ello, a quienes la hacen, o sea, yo Pepe, Manuel, Jaime, María y Laura...) pero, si analizas lo que se publica, se tiende a una homogenización, es decir que solo se deja circular un tipo de textos y libros y a los otros se les cierra el paso con un mínimo de censura. El servidor de Apple, por dar un ejemplo, no pone en línea ciertos libros que puede censurar desde distintos criterios, la mayoría, conservadores, una portada considerada escandalosa, y un contenido ofensivo, etc... Pero, ¿quién decide qué es ofensivo, el hombre y la mujer de la calle o un hombre con corbata en medio de un sala fría desde donde se mira el mundo como algo plano.... ¿y dónde están las mujeres? Los cientos de editoriales, agentes y escritores y escritoras que sueñan con una lista de Piza, esperan impacientes que sus libros se vendan, pero este hecho de pensar que hay un Mercado para la literatura es un contrasentido, el mercado solo desea un beneficio para unos pocos, los y las que escriben irán perdiendo derechos (esta reforma de pasar será el fin del libro y de los derechos de autorA) y sin saber cómo manejarse en medio de este enredo. Ya ha pasado con la música Pop que se descarga y se piratea o se remata en los servidores de Deezer y Apple, pronto las tiendas de discos no servirán para nada. Las librerías están cerrando a una por semana en España, y las y los lectores no tienen tiempo para leer a menos que enloquezcan porque el "empleo del tiempo" de la sociedad ultra-liberal es la dictadura del tiempo corto, sin rito, sin celebración, o sea, sin lectura!!! Si no lo han entendido, creo que se les está pasando lo mas importante. En suma, estas reformas cada vez más liberales obligarán a los y las autores a sobrevivir en condiciones aun más duras, a convertirlos, si es que ya no lo son, en depredadores profesionales, en comunicadores (repetir lo que diga el Maenstream) y en servidores de los grandes consorcios porque la supuesta gratuidad será solo una fachada para hacer comprar otros productos, otra forma de penetración y de alienación para la que los libros servirán de mediadores o de propaganda (anuncios en la portada, olvidamos que ya había una generación Mac (sic), habrá una Malrboro, Facebook... (!)), en total servilismo. Un mundo que nadie hubiese imaginado, una pesadilla que mucha gente no quiere ver, quienes escriben soñando con el ascensor social, quienes editan creyendo que pueden vender mucho (sic), aplicando las técnicas del marketing, y quienes creen que pueden mediar en este laberinto (agentes). De paso, el lenguaje dentro de poco no sabrá distinguir la comunicación de la imaginación (comunicar: ceñirse a un formato ya existente; imaginar: hacer que el lenguaje se libere de su dominación y exprese otras dimensiones del lenguaje). Estamos llegando a una etapa casi fascista, sexista y absolutista, donde el mercado, después de haber terminado con la idea de autorA, habrá impuesto el servilismo, la reproducción idéntica y la imposibilidad de contestar este poder desmesurado. Tal y como se lee la carta económica del mundo de ahora, millones condenados a morir en el hambre y en la ignorancia....pues este mapa no hace más que crecer.
Creo que este análisis no concierne solo a Europa y Norteamérica puesto que en el Perú, por dar un ejemplo, seguimos la marcha del mercado liberal como zombis, y que se ve "que sí, que hay mucha gente publicando, que todo va muy bien", sin hacerse una sola pregunta de fondo. Le perdonaron la vida al libro este año, pero, es en serio, y ¿quiénes leen? La respuesta la tienen ustedes más que yo que me quedo abrumada después de escribir y constatar que somos "especies en extinción" quienes nos peleamos con el idioma, no dormimos y salimos a mirar la luna, mientras una persona necia solo mirará el dedo que la señala. Lo peor sería que este instrumento, que ha servido para romper algunos moldes arcaicos y dar la palabra a quienes no accedían, termine volviéndose en nuestra contra. Tal vez un foro internacional se impone para hablar de algunos temas de esta globalización que se está convirtiendo en una Torre de babel y que puede quitarnos lo que nos ofrecía: el derecho a la información, a la cultura y a la palabra.
Si el autor y la autora dejaron de existir desde el instante en que la idea del texto inmanente y todopoderoso en manos del lector apareció con Barthes, quien estaba lejos de imaginar esta explosión antropológica del Internet, ahora, el mercado terminará con la idea de originalidad y de derechos de autor. O sea, Google y Amazon harán explotar las barreras geográficas para, se supone, "democratizar" el acceso a fuentes importantes de saber (sic). Yo creo que a mí también me lo pareció, el hecho de que la literatura siga siendo un hecho aislado y elitista, me parecía arcaico (de alguna manera la hago responsable de no haber sabido entender su tiempo, y con ello, a quienes la hacen, o sea, yo Pepe, Manuel, Jaime, María y Laura...) pero, si analizas lo que se publica, se tiende a una homogenización, es decir que solo se deja circular un tipo de textos y libros y a los otros se les cierra el paso con un mínimo de censura. El servidor de Apple, por dar un ejemplo, no pone en línea ciertos libros que puede censurar desde distintos criterios, la mayoría, conservadores, una portada considerada escandalosa, y un contenido ofensivo, etc... Pero, ¿quién decide qué es ofensivo, el hombre y la mujer de la calle o un hombre con corbata en medio de un sala fría desde donde se mira el mundo como algo plano.... ¿y dónde están las mujeres? Los cientos de editoriales, agentes y escritores y escritoras que sueñan con una lista de Piza, esperan impacientes que sus libros se vendan, pero este hecho de pensar que hay un Mercado para la literatura es un contrasentido, el mercado solo desea un beneficio para unos pocos, los y las que escriben irán perdiendo derechos (esta reforma de pasar será el fin del libro y de los derechos de autorA) y sin saber cómo manejarse en medio de este enredo. Ya ha pasado con la música Pop que se descarga y se piratea o se remata en los servidores de Deezer y Apple, pronto las tiendas de discos no servirán para nada. Las librerías están cerrando a una por semana en España, y las y los lectores no tienen tiempo para leer a menos que enloquezcan porque el "empleo del tiempo" de la sociedad ultra-liberal es la dictadura del tiempo corto, sin rito, sin celebración, o sea, sin lectura!!! Si no lo han entendido, creo que se les está pasando lo mas importante. En suma, estas reformas cada vez más liberales obligarán a los y las autores a sobrevivir en condiciones aun más duras, a convertirlos, si es que ya no lo son, en depredadores profesionales, en comunicadores (repetir lo que diga el Maenstream) y en servidores de los grandes consorcios porque la supuesta gratuidad será solo una fachada para hacer comprar otros productos, otra forma de penetración y de alienación para la que los libros servirán de mediadores o de propaganda (anuncios en la portada, olvidamos que ya había una generación Mac (sic), habrá una Malrboro, Facebook... (!)), en total servilismo. Un mundo que nadie hubiese imaginado, una pesadilla que mucha gente no quiere ver, quienes escriben soñando con el ascensor social, quienes editan creyendo que pueden vender mucho (sic), aplicando las técnicas del marketing, y quienes creen que pueden mediar en este laberinto (agentes). De paso, el lenguaje dentro de poco no sabrá distinguir la comunicación de la imaginación (comunicar: ceñirse a un formato ya existente; imaginar: hacer que el lenguaje se libere de su dominación y exprese otras dimensiones del lenguaje). Estamos llegando a una etapa casi fascista, sexista y absolutista, donde el mercado, después de haber terminado con la idea de autorA, habrá impuesto el servilismo, la reproducción idéntica y la imposibilidad de contestar este poder desmesurado. Tal y como se lee la carta económica del mundo de ahora, millones condenados a morir en el hambre y en la ignorancia....pues este mapa no hace más que crecer.
Creo que este análisis no concierne solo a Europa y Norteamérica puesto que en el Perú, por dar un ejemplo, seguimos la marcha del mercado liberal como zombis, y que se ve "que sí, que hay mucha gente publicando, que todo va muy bien", sin hacerse una sola pregunta de fondo. Le perdonaron la vida al libro este año, pero, es en serio, y ¿quiénes leen? La respuesta la tienen ustedes más que yo que me quedo abrumada después de escribir y constatar que somos "especies en extinción" quienes nos peleamos con el idioma, no dormimos y salimos a mirar la luna, mientras una persona necia solo mirará el dedo que la señala. Lo peor sería que este instrumento, que ha servido para romper algunos moldes arcaicos y dar la palabra a quienes no accedían, termine volviéndose en nuestra contra. Tal vez un foro internacional se impone para hablar de algunos temas de esta globalización que se está convirtiendo en una Torre de babel y que puede quitarnos lo que nos ofrecía: el derecho a la información, a la cultura y a la palabra.
lundi, octobre 05, 2015
hablando con los muros
Una vez más, escribir, insistir, tratar de poner un orden y un sentido a lo que son intuiciones., tanteos en la oscuridad. Anoche soñé con monedas de metal, imagino que significan un valor sólido frente al valor devaluado, moralmente hablando, del dinero. Pensé que esas monedas podían representar la literatura. Es un secreto a gritos que la literatura atraviesa su peor momento pese a ciertas apariencias de brillo, porque ese brillo es fatuo pienso yo. Son como los indicadores macro económicos que esconden pobreza, desarraigo y soledad. Nunca hemos estado más abandonadoAs a nuestra suerte. Hay algunas excepciones pero la literatura no ha sabido resistir a la tempestad neo-liberal, no sabe cuál es su función, no sabe qué desea, si es un producto o un bien inmaterial (espiritual), no se sabe si es una marca o una trayectoria, en suma, está a la deriva. En medio de la adversidad, algunos recogen botellas, las que brillan, las que parecen más apetitosas para lanzarlas al público lector. Están los agentes que son quienes quieren hacer de mediadores, saber hacia dónde dirigir el trabajo de aquellos y aquellas que escriben, quieren poner orden en la anarquía del mercado que no respeta reglas que no sean las de codicia, la cultura del consumo y del deshecho, la futilidad, el mundo de hojalata que nos están imponiendo. En realidad, solo los y las autoras podemos entender un poco qué sucede. En plena revolución digital no hay manera de establecer un canon durable, y no hay manera porque se acabó la verticalidad. Es decir, que ninguna imposición de elite (académica) es posible, salvo como epifenómeno. Tampoco la imposición editorial, y menos, la de los agentes. La mayoría cree saber qué es lo que quiere leer y puede navegar libremente en un portal, ¿para qué leer una crítica, para qué buscar orientación?
Crisis simbólica
no es solo esta explosión del medio cultural convertido en industria y pronto, en vías de extinción si no cambia nada. El problema más grave es que nadie sabe "qué leer" porque hay crisis de representación (¿quién es capaz de encarnar este mundo tan alocado, tan violento, tan fragmentado?), no sabemos cómo representarnos el mundo actual, a quien oír y a quien seguir, ¿Michel Houellebecq un modelo en Europa, los ejemplares masculinos que llenan las páginas de actualidad cultural en América latina? Noooo.... ¿El narcisismo infantil de algunoAs escritoreAs que no cesan de mirarse el ombligo, atomizadoAs frente a una sociedad que se desmorona, moralmente devaluada, emocionalmente golpeada, otra opción? No, no debería serlo, pero lo es. Sucede que en nuestros países del Sur, este sentimiento de novedad todavía se impone, aunque temo que no dure. Y temo, porque dependemos demasiado de los grandes consorcios editoriales que siguen publicando mucho ripio, novelas que el público considera como un insulto porque subestima su sensibilidad. Hay libros que se venden con grandes campañas de propaganda sin lograr su principal objetivo: ventas. Es cuando los agentes y las editoriales abandonan el tema. La juventud de los autores, su imagen sobrevalorada en las redes, no es suficiente, no da para luchar e imponerse en el griterío general y la saturación de información. Por eso, no sabemos qué pensar, a quien creer, en quién confiar. ¿El papa Francisco convertido en líder de opinión? (sic), o los intelectuales franceses en plena crisis de sentido, nos hace pensar en que hay, más que nunca, confusión de términos, derecha, izquierda, racista, anti racista, etc... No se sabe muy bien qué estamos diciendo, es una torre de babel. Por ejemplo, a propósito del debate de los refugiados y emigrantes económicos (como quieren clasificarlos) en Europa nadie mencionó la conferencia de Lévi-Strauss ante la ONU donde expone que no existe la "raza". La lista de debates es extensa, se trata de desculpabilizar el racismo para dar rienda suelta a toda la frustración que mucha gente lleva dentro. Se les prometió un mundo mejor sin religión, con bienes solo materiales, resulta que es una "gran Mentira" y hay que encontrarle una explicación....Y culpables. Algunos intelectuales se involucran, otros y otras, escritores y escritoras, se mantienen al margen del debate. Esto responde por otro lado a la división que se hizo en Francia desde el Siglo IX (con Madame de Stael, ver Jacques Ranciere), es decir, la literatura como un hecho intransitivo, noción que se radicaliza con el estructuralismo y su idea de inmanencia del texto, del texto separado de la autora y del autor. Este tema es un debate no resuelto, quienes piensan que, enfocar la literatura desde un plano inmanente impide a crítica convertida, a su vez, en otro género relegándola a un terreno a-histórico o a-social y, finalmente prescindible por híbrido y autocentrado. Atención a esta última parte, puede que el servilismo de la literatura con el mercado la lleve a su extinción... mnnnn...
¿Qué hacemos quienes escribimos y pensamos que el lenguaje sigue siendo un instrumento de transformación, de trascendencia, aunque efímera, para crear poesía, para vivir de verdad? Pues no lo sé, seguimos escribiendo, a la deriva, en medio de un barquito pequeño, en plena altamar...
a la mar a amar!
Crisis simbólica
no es solo esta explosión del medio cultural convertido en industria y pronto, en vías de extinción si no cambia nada. El problema más grave es que nadie sabe "qué leer" porque hay crisis de representación (¿quién es capaz de encarnar este mundo tan alocado, tan violento, tan fragmentado?), no sabemos cómo representarnos el mundo actual, a quien oír y a quien seguir, ¿Michel Houellebecq un modelo en Europa, los ejemplares masculinos que llenan las páginas de actualidad cultural en América latina? Noooo.... ¿El narcisismo infantil de algunoAs escritoreAs que no cesan de mirarse el ombligo, atomizadoAs frente a una sociedad que se desmorona, moralmente devaluada, emocionalmente golpeada, otra opción? No, no debería serlo, pero lo es. Sucede que en nuestros países del Sur, este sentimiento de novedad todavía se impone, aunque temo que no dure. Y temo, porque dependemos demasiado de los grandes consorcios editoriales que siguen publicando mucho ripio, novelas que el público considera como un insulto porque subestima su sensibilidad. Hay libros que se venden con grandes campañas de propaganda sin lograr su principal objetivo: ventas. Es cuando los agentes y las editoriales abandonan el tema. La juventud de los autores, su imagen sobrevalorada en las redes, no es suficiente, no da para luchar e imponerse en el griterío general y la saturación de información. Por eso, no sabemos qué pensar, a quien creer, en quién confiar. ¿El papa Francisco convertido en líder de opinión? (sic), o los intelectuales franceses en plena crisis de sentido, nos hace pensar en que hay, más que nunca, confusión de términos, derecha, izquierda, racista, anti racista, etc... No se sabe muy bien qué estamos diciendo, es una torre de babel. Por ejemplo, a propósito del debate de los refugiados y emigrantes económicos (como quieren clasificarlos) en Europa nadie mencionó la conferencia de Lévi-Strauss ante la ONU donde expone que no existe la "raza". La lista de debates es extensa, se trata de desculpabilizar el racismo para dar rienda suelta a toda la frustración que mucha gente lleva dentro. Se les prometió un mundo mejor sin religión, con bienes solo materiales, resulta que es una "gran Mentira" y hay que encontrarle una explicación....Y culpables. Algunos intelectuales se involucran, otros y otras, escritores y escritoras, se mantienen al margen del debate. Esto responde por otro lado a la división que se hizo en Francia desde el Siglo IX (con Madame de Stael, ver Jacques Ranciere), es decir, la literatura como un hecho intransitivo, noción que se radicaliza con el estructuralismo y su idea de inmanencia del texto, del texto separado de la autora y del autor. Este tema es un debate no resuelto, quienes piensan que, enfocar la literatura desde un plano inmanente impide a crítica convertida, a su vez, en otro género relegándola a un terreno a-histórico o a-social y, finalmente prescindible por híbrido y autocentrado. Atención a esta última parte, puede que el servilismo de la literatura con el mercado la lleve a su extinción... mnnnn...
¿Qué hacemos quienes escribimos y pensamos que el lenguaje sigue siendo un instrumento de transformación, de trascendencia, aunque efímera, para crear poesía, para vivir de verdad? Pues no lo sé, seguimos escribiendo, a la deriva, en medio de un barquito pequeño, en plena altamar...
a la mar a amar!
Inscription à :
Articles (Atom)