Pages

lundi, juillet 22, 2013

post-post feminismo

he venido pensando últimamente en qué sucede con la condición de las mujeres en la actualidad, qué sucede con nosotras, las del pronombre en femenino. Sucede que con las crisis las mujeres son las más vulnerables, que, bajo la dominación de un mundo de ideologías muy claras: el ultra-liberalismo y el auge de la religión por el otro, las mujeres no poseen un espacio, quedan de más en más rezagadas. Es curioso que cada vez que los reclamos toman forma de institución, los avances no sean importantes. Miren lo que sucede con los ministerios de la mujer (en el Perú no entiendo para qué existe), con las ONGs, que proliferan y compiten entre ellas. Las mujeres, desorientadas y vulnerables, son también un mercado, un mercado para las prácticas zen (sic), un mercado para los gimnasios que hacen creer que el problema está en cuerpo y no en la mente. El problema con nosotras es la propia imagen que tenemos de nosotras mismas, tan domesticada durante siglos, tan lejos de lo que somos individualmente.Un cierto feminismo todavía quiere una visión esencialista de la mujer y no hace sino condenarla al anquilosamiento, el desapego y la demisión. Tiene el mismo efecto disuasivo de la religión,  otra creencia. Hay que re-inventar entonces el rol de la mujer en la sociedad, darle oxígeno, lenguaje, simbología, significantes, como decía Lacan. Lo peor es que las mujeres, bajo efectos de lavado de cerebro y por miedo a apartarse del grupo, no lucha por esto. La maternidad es un tema fundamental. Estigmatizada como dogma, como destino último de toda mujer, no logra transformarse en una libertad,  una elección, sino que es un destino, por lo tanto, una esclavitud, una imposición. Conozco a muchas mujeres para quienes la maternidad es algo sagrado y transmiten de manera prepotente esa idea  a sus hijos e hijas, que no hacen más que seguir el legado materno. Muchas mujeres tenemos una noción de  la autoridad muy conservadora, mantenemos un modelo patriarcal sin darnos cuenta. La fuerza, la imposición, los mitos eternos. No pasaría nada si las mujeres se pusieran a pensar en qué desean para ellas, en compartir mejor y más la maternidad con los hombres, en no conformarse con ser solo madres, vivir... Cada persona es un universo, cierto, pero ese universo no puede hacer de las mujeres un valor instrumental. Ni la prostitución voluntaria (que es un absurdo, nadie acepta venderse si no es por necesidad) ni la maternidad estigmatizada como valor supremo. La madre es quien educa, quien protege, digamos que habría que hacer una revolución en el lenguaje, también los hombres saben ser "madres"... lo biológico no define, es solo una condición. Pasemos de lo cuantitativo a la cualitativo, sería mucho mejor. Con el matrimonio entre personas del mismo sexo, ¿qué va a cambiar?, tal vez la idea de que las mujeres son "maternales" por instinto... toda persona es maternal por instinto, creo yo, toda persona que es sensible siente ganas de proteger a una persona pequeña, vulnerable. De ahí a hacer un relato y un mito, es otra cosa...

inventemos nuevos relatos, nuevos pactos sociales.

Pensaba en el perú en lo neurótica e insatisfecha que es la sociedad peruana, tan cruelmente maltratada por sus gobiernos, tan descuidada. No es una sociedad de ciudadanos, es un enjambre de vejaciones constantes, de frustraciones, de falta de proyecto que reúna, que proteja. El otro día alguien decía que había que re-inventar el Perú, no sé si se pueda re-iventar, pero si dar un sentido nuevo, valores que unan y hagan que se pueda vivir de forma hospitalaria en un país como el mío, un país que dialogue, que se piense, que se guste. !Cuánto tiempo detestando lo que somos, nos han enseñado a no querernos, a no desearnos, de ahí que no queramos a nadie y  que sea todo tan mezquino, tan pueril!! La mirada puede reconstruirse a partir de otros relatos, de otra literatura, de otras forma de hacer la política, más solidaria y menos autista...  No sé si soy optimista, creo que más que nada soy realista. No hay nada que temer.

Imágenes del metro de Lima, la gente se insultaba, empujándose, quejas, histeria colectiva. La histeria es un deseo que se infantiliza, que no encuentra lugar y sobre todo que no tiene un sentido en el lenguaje...



Aucun commentaire: