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vendredi, juillet 26, 2013

El lenguaje se muere

Conversaba con una amiga escritora sobre los pocos mensajes que nos llegan, mensajes donde nos atrevemos a decir cosas, donde nos abandonamos, nos arriesgamos... como dice el filósofo de la película de Godard, "se necesita un cierto abandono", pero como decía  también Goethe, escribir, hablar es un gesto de generosidad, es un don, en resumen, otro desapego...

Hay una NUEVA ECONOMÍA DEL LENGUAJE, estamos mucho más preocupadoas en comunicar que en simbolizar, analizar, o indagar en el sentido, todos y todas estamos siendo formateadoas con el mismo molde, con el mismo lenguaje chato, liso. Esta nueva economía busca resultados inmediatos y no se arriesga, no se arriesga a pensar ni a buscar... Está mimetizada con la nueva ideología del mercado.

si buscamos encontramos... estoy leyendo "La simplicité du regard", libro de Pierre Hadot sobre la filosofía de Plotino, un estoico, pero a mi modo de ver, un sensualista. Si el deseo está libre, pues la palabra circula libre, vital, juguetona. Si el lenguaje se empobrece, nos empobrecemos también nosotroas, si el lenguaje es solo un gesto de comunicación (hablo de comunicar en el sentido instrumental, no representar, imaginar) el lenguaje será pronto un fósil... Sucede exactamente lo mismo en la literatura, los editores están empepañadoas en libros "comunicacionales", que resuenen en su contexto, pero se olvidan de aquellos que buscan más allá de lo factual... Hay una realidad de facto, pero está aquella que podemos imaginar y hacer vivir a través  de las palabras. Cierto, siempre digo que hay que acercar la literatura a las personas, al gran público, a las masas, para emplear un término marxista, pero esto no significa convertirse en una caja cerrada donde las palabras se asfixien, sino en una caja de resonancia donde todos estos parlamentos, frases, expresiones de gente "viva" resuenen alto, se conviertan en música...
no sé si estoy siendo clara. Quiero decir que la literatura es como traducir un libro, que, del cual, si conocemos el idioma, y mientras más rico sea nuestro lenguaje, más cerca estaremos de tocar su brillo vital...

ahora me toca pensar en qué voy a decir a un público completamente popular el día domingo en la Feria del libro de los museos. Es hermoso ver cómo un público que nunca ha tenido acceso a ellos se interesa, disfruta y comprende sin problemas. Me hace pensar en Jacotot que, en el Siglo XVII entrega un texto, creo que de Jenofonte, a unos estudiantes, sin decirles de quién es y sin explicaciones preliminares, y estos, que leen confiados, entienden lo esencial: que ese texto está dirigido a la persona más común, a cualquiera... ¿Han comprendido?

lundi, juillet 22, 2013

post-post feminismo

he venido pensando últimamente en qué sucede con la condición de las mujeres en la actualidad, qué sucede con nosotras, las del pronombre en femenino. Sucede que con las crisis las mujeres son las más vulnerables, que, bajo la dominación de un mundo de ideologías muy claras: el ultra-liberalismo y el auge de la religión por el otro, las mujeres no poseen un espacio, quedan de más en más rezagadas. Es curioso que cada vez que los reclamos toman forma de institución, los avances no sean importantes. Miren lo que sucede con los ministerios de la mujer (en el Perú no entiendo para qué existe), con las ONGs, que proliferan y compiten entre ellas. Las mujeres, desorientadas y vulnerables, son también un mercado, un mercado para las prácticas zen (sic), un mercado para los gimnasios que hacen creer que el problema está en cuerpo y no en la mente. El problema con nosotras es la propia imagen que tenemos de nosotras mismas, tan domesticada durante siglos, tan lejos de lo que somos individualmente.Un cierto feminismo todavía quiere una visión esencialista de la mujer y no hace sino condenarla al anquilosamiento, el desapego y la demisión. Tiene el mismo efecto disuasivo de la religión,  otra creencia. Hay que re-inventar entonces el rol de la mujer en la sociedad, darle oxígeno, lenguaje, simbología, significantes, como decía Lacan. Lo peor es que las mujeres, bajo efectos de lavado de cerebro y por miedo a apartarse del grupo, no lucha por esto. La maternidad es un tema fundamental. Estigmatizada como dogma, como destino último de toda mujer, no logra transformarse en una libertad,  una elección, sino que es un destino, por lo tanto, una esclavitud, una imposición. Conozco a muchas mujeres para quienes la maternidad es algo sagrado y transmiten de manera prepotente esa idea  a sus hijos e hijas, que no hacen más que seguir el legado materno. Muchas mujeres tenemos una noción de  la autoridad muy conservadora, mantenemos un modelo patriarcal sin darnos cuenta. La fuerza, la imposición, los mitos eternos. No pasaría nada si las mujeres se pusieran a pensar en qué desean para ellas, en compartir mejor y más la maternidad con los hombres, en no conformarse con ser solo madres, vivir... Cada persona es un universo, cierto, pero ese universo no puede hacer de las mujeres un valor instrumental. Ni la prostitución voluntaria (que es un absurdo, nadie acepta venderse si no es por necesidad) ni la maternidad estigmatizada como valor supremo. La madre es quien educa, quien protege, digamos que habría que hacer una revolución en el lenguaje, también los hombres saben ser "madres"... lo biológico no define, es solo una condición. Pasemos de lo cuantitativo a la cualitativo, sería mucho mejor. Con el matrimonio entre personas del mismo sexo, ¿qué va a cambiar?, tal vez la idea de que las mujeres son "maternales" por instinto... toda persona es maternal por instinto, creo yo, toda persona que es sensible siente ganas de proteger a una persona pequeña, vulnerable. De ahí a hacer un relato y un mito, es otra cosa...

inventemos nuevos relatos, nuevos pactos sociales.

Pensaba en el perú en lo neurótica e insatisfecha que es la sociedad peruana, tan cruelmente maltratada por sus gobiernos, tan descuidada. No es una sociedad de ciudadanos, es un enjambre de vejaciones constantes, de frustraciones, de falta de proyecto que reúna, que proteja. El otro día alguien decía que había que re-inventar el Perú, no sé si se pueda re-iventar, pero si dar un sentido nuevo, valores que unan y hagan que se pueda vivir de forma hospitalaria en un país como el mío, un país que dialogue, que se piense, que se guste. !Cuánto tiempo detestando lo que somos, nos han enseñado a no querernos, a no desearnos, de ahí que no queramos a nadie y  que sea todo tan mezquino, tan pueril!! La mirada puede reconstruirse a partir de otros relatos, de otra literatura, de otras forma de hacer la política, más solidaria y menos autista...  No sé si soy optimista, creo que más que nada soy realista. No hay nada que temer.

Imágenes del metro de Lima, la gente se insultaba, empujándose, quejas, histeria colectiva. La histeria es un deseo que se infantiliza, que no encuentra lugar y sobre todo que no tiene un sentido en el lenguaje...



mardi, juillet 09, 2013

El regreso

Hace dos días que busco el sueño, solo anoche lo encontré y seguimos juntos hasta la mañana inflamada de canto de pájaros. Me dije: tengo que grabar todo este concierto de cantos, este grito de la naturaleza diciéndome: aquí estoy.

tengo imágenes que me vienen a la memoria, están frescas, las puedo recorrer: mis mañanas en la Barcelona, en la Gran vía de Madrid. Este ha sido como un reencuentro, nunca antes he sentido tan cerca estas dos ciudades, ni dóciles, ni cálidas. Esta vez sí, y pienso: he salido de mi noche española, es decir, he abandonado toda la desconfianza que me acompañaba antes, el cambio desde Francia, la incertidumbre, los desfases que no estaba dispuesta a saltar durante una de mis primeras llegadas a España, y ahora sí, estoy abierta  ala ciudad, la dejaba entrar. La ciudad y sus rostros sus caminantes, sus ruidos. Zaragoza estuvo en el medio, como para pasar lentamente de Barcelona a Madrid. He estado además acompañada de amigos queridos, con quienes el diálogo y las distancias se unen en el lenguaje, hay lenguaje. Es curioso, creo que en medio de la crisis, he sentido a España más radiante, más sólida. El vínculo humano más fácil. Me gustaba sentarme en la plaza del mercado de la Barceloneta a ver cómo se mezclaban las voces graves de la gente que vive allí con la de los turistas, su fluir me parecía robusto, continuo, verdadero. Nada los desvía de su verdadera naturaleza, al menos, esa era mi impresión.  Y he sentido que la gente que iba viendo, visitando, era gente con la que podía sentarme a mirar la luz de la tarde. esa sensación es lo máximo, es un hito en la experiencia con mi idioma, dire, que me sentía como separada de él, perdida. Tal vez he encontrado un camino de regreso hacia mí misma, quiero decir, que gracias a Venezuela (creo que hacia una forma de vida más austera, más primaria, donde el deseo no está determinado por ese "afuera", sino por una dinámica interior)
, esta ruta me parece señalada. volveré sobre esto.
Luego, en París, volví sentir que iba a regresar a las mañanas frías en pleno verano, que sentiría frío en los pies cuando en realidad lo que sentía era frío en el alma. Salí al café Wepler, no lejos de la casa de mi amiga Grecia, en la Place Clichy, y ahí, mientras contestaba una llamada del sociólogo Marc Augé, ahora amigo, sentí que algo estaba paralizado en ese ambiente, que el corazón de mucha gente, salvo excepciones, parecía como seco, cerrado al exterior. Pensé en el miedo, el miedo a perderse en ese tumulto de rostros que circula por el mundo, pero ese miedo, también es una forma de sentirse presente. de no perderse, ¿cómo juzgar? Lo que sí veo es que una sociedad fundada en el consumo, cuando termina perdiendo su objeto de deseo, se queda sin nada. 

el café vacío, el aire inmovilizado, rancio, dos mujeres ancianas sentadas delante de una mesa, con un periódico abierto, comentando la actualidad. Fijación. 

La última tarde en Barcelona, subí a la cafetería del Museo de historia y desde allí abracé a toda la ciudad, la montaña, el teleférico. Los aeropuertos, no lugares, como diría Augé, sin personalidad., toda particularidad se diluye. O se petrifica.

foto, playa de la barceloneta. 


jeudi, juillet 04, 2013

Los días de viaje

ayer fui a ver una exposición de Pisarro, en el museo Thyssen y sentí que regresaba a Francia, que esos paisajes bucólicos, que esas texturas, pertenecían a Francia... Gauguin creyó que el color revolucionaría su vida y la de los demás, eso tardó.

ahora, cerca del mar, pensaba en que esto se parece más a un Sorolla... o Fortuny, no sabía que se pareciese tanto a la fotografía...

empieza mi descuento hacia Venezuela... corro...


lundi, juillet 01, 2013

en Madrid

retorno a Madrid, improvisado, decir que no he decidido muy bien este viaje, que surgió de pronto (en la gran Vía...  estoy en un hotel céntrico, de nombre literario, Hotel de las letras, pero es solo un slogan, no es que les interese la literatura, les interesa la imagen. Estamos bajo el mercado de la representación, quién es más ingenios@, más rápido en recuperar símbolos...

me da risa porque pese a que parece confortable, todo me parece de latón, todo es un poco como Ikea, parece de calidad pero no lo es, aunque los precios sí lo sean... el mundo es un poco así, todo parece de verdad, el éxito, la felicidad, pero no lo es, son solo ideas, son solos las marcas exteriores que nos han colocado!!

Después de estar en Venezuela, el lujo aparente, me deja indiferente, solo extraño el espacio, la luz, eso es todo. Ningún lujo me somete, y solo el lujo interior me hace voltear el rostro.... suena arrogante, y lo es...

pensaba también en cómo la demisión de la vida es simple, cuánta  gente acepta desertificar su  vida, llenarla de objetos absurdos, vivir ausente... En Zaragoza casi sentía que se podía estar más cerca de la realidad, y después, al ver los terminales de tren que construyen, tan inhumanos, tan feos, me doy cuenta de que una cosa es la población, que no decide todo lo que rodea, y otras las políticas de gobierno, los sueños de grandeza que terminan en desalojo, no sé, todo este mundo virtual del consumo y su idea falsa de bienestar...

detrás de eso está la gente verdadera, la miseria de sus vidas, la precariedad del empleo, la falta de vínculos sociales, afectivos, la pobreza del idioma,... eso, que terminen haciendo como escribe Debord, del idioma un objeto sin resonancias poéticas, afectivas, que lo desechemos, lo disequemos, lo alejemos tanto de nosotroas que ya no nos reflejará, eso me da mucho miedo.

Debord:" .. la lengua efectivamente en las modernas condiciones de vida ha sido socialmente resumida en su representación en segundo grado por el sufragio mediático, cuenta con unos seis o siete giros que se repiten a cada paso y menos de dos centenares de vocablo, de los cuales su mayoría son neologismos; y el conjunto queda sometido por terceros a una renovación con cada semestre."

en mi habitación tengo lo que me permite poner un poco de distancia con ese "mundanal ruido", radio classique, los libros, la luz suave de esta mañana. El cielo de Madrid es hermoso, amplio, no sé, muchas veces, mientras vivía aquí, medio perdida, levantaba la mirada al cielo. Ahora siento que mi eje es sólido, que yo sé que no deseo las mismas cosas... nada me desvía de esta convicción...

ir hacia esos espacios, no dejarse distraer... ni disecar.