regreso de una larga tarde en medio del infierno de carros que saturan Caracas. No exagero, creo que en lugar de pulmones tengo dos motores. El tráfico es un infierno a escala completamente inhumana, imposible digerir, pero parece que no todo el mundo lo siente así. En este momento muchas personas son una entidad omnisciente, dentro de un auto (pensar que solo el 80% usa el transporte público, es pensar en qué calidad de vida tiene la mayoría si esto sigue así) con varios dispositivos al alcance, lo que hace que su relación con su entorno sea abstracta, irreal, virtual, por lo que, la contaminación y el tráfico de pesadilla no importa mientras llegue a todas partes en auto, a mi casa, al trabajo (que siempre tiene el aire acondicionado), al restaurante, donde sea. El venezolano con automóvil, clase media, y clase media alta, no vive su naturaleza, no vive su ciudad, vive atomizado.
No solo es que no siente que comparte el mismo país que no tiene carro y padece horas de horas para llegar a su casa o a su trabajo, sino que no acepta (y esta es una muralla) una relación horizontal, no pone los pies en el suelo, no camina!
creo que haber recorrido algunas calles me ha hecho pensar lo irrespirable de este momento, es decir, ¿cómo vamos a vivir así, tan encerrados, tan de espaldas al mundo que nos rodea, por qué hemos globalizado la indiferencia y, claro, la estupidez?
No lo sé y la respuesta da miedo. Es una sensación de desarraigo, nunca hemos estados tan desarraigadoas en medio del smob!! Me da mucho más miedo pensar en las políticas de gobiernos ultraliberales, tan alienados con los valores mercantiles de esta época, que han hecho del deseo una dependencia, una patología cultural: el consumismo (la identidad está en el objeto de deseo, decía Lacan) ... Estas formas de vida no son naturales, son una cosa totalmente monstruosa.
¿será que hay un tercer ojo que nos hace ver que esto es escandaloso? No lo sé, pero a veces siento que este mundo no es mi mundo, que yo no sé vivir en él...
El vínculo social no existe, todos y todas estamos cada vez más atomizadoas, ¿iremos a estallar?
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