hace unos días entré en contacto con una agencia literaria, luego de un dilema de qué hay que hacer cuando se tiene un trabajo considerable y no puedes ocuparte de tus libros, cuando te lavan la cabeza de que los agentes se harán cargo mejor que tú y de que las editoriales no contratan sino es a través de ellos, que nadie lee los manuscritos que llegan de manera independiente. Las reglas del arte en estos momentos, el trinomio: mercado, comercio, marketing. un asco.
sucede que la gente que trabaja en estos medios es muchas veces "empresaria", y considera a la literatura como un mero hecho comercial, tienen que subsistir en un mundo dominado por la dictadura neoliberal que se nutre de la ignorancia de millones de personas con la idea de que la literatura es "distracción" y no imaginación. Es decir, el bloqueo de la imaginación es fundamental para que los sentidos se dirijan a una sola cosa: consumir. No es la satisfacción interior la que se busca, es la más inmeditada, la más básica. Por eso lo que está pasando ahora con el arte es perverso, y todavía más, cuando la gente utiliza como argumento: no es comercial. Ante este concenso de cómo hay que seguir aplastando la cabeza de los "dominados y las dominadas", las editoriales, en el caso de quienes confiamos en este trabajo, es enfrentar a un monstruo. Un infierno porque tiene que haber un rerorno del trabajo que hemos hecho y, que de hecho, no toma en cuenta todas estos servilismos puesto que es todo lo contrario, liberarse, y un infierno porque está condenado a desaparecer. Nunca antes el mundo ha estado tan domesticado, tan embriagado con su propia imagen. Nunca tan rico y tan vacío a la vez. Los discursos trans-humanistas, es decir el hombre-máquina, alimenta el delirio de mucha gente que se cree inmortal, que sueña con la hibridez, que jura que dominará a la muerte y a la enfermedad, y que no le importa sacrificar la imaginación y todos esos sentimiento que nos distinguen de una máquina. Sueño de industrialización de personas sin el más mínimo escrúpulo. Es ahora mismo, toda una ideología. no somos capaces de asegurarles una vida digna a más de la mitad del planeta y hay cretinos que sueñan con pagarse la inmortalidad, una pesadilla...
el nuevo frankenstein.
LA EPOCA DE LA HORIZONTALIDAD
la comunicación a través de las redes sociales ha hecho que las relaciones sociales y los espacios sociales y políticos, así como los del saber, sean horizontales. En medio de esa horizontalidad ¿cómo imponer la verticalidad de la autoridad? No hay manera de dar marcha atrás, la autoridad no es ahora aquella que se supone está autorizada a opinar" sino quien puede opinar, y desde cualquier espacio. No es tampoco la que esté legitimada a opinar, sino la que opina de manera más veloz. la reflexión, los argumentos no siempre son los que dominan, son otros factores, imagen (en función de una imaginación subordinada), síntesis, perfomance. Todo se vuelve actuación y la verdadera comunicación desaparece. es el problema de la horizontalidad, que nada se detiene, donde parece que todo es posible, incluso una verdadera comunicación. En esta etapa de horizontalidad, ¿quienes pueden considerarse escritores o escritoras, quién las autoriza, quién las legitima? Cualquier persona puede hacerlo, le basta acercarse a su computadora, empezar...
escribir ha sido completamente banalizado por el hecho mismo de la publicidad y del marketing. cuando debería urgir que la literatura sea independiente e insobornable, se consolidan los circuitos de domesticación y alienación, las consignas son claras: autores que vendan (emprendedores), sagaces, cínicos, el talento es relativo, lo que se quiere son "productos". los que pisan el palito, caen en la prisión. ahora, cómo mantenerse a flote? Jean Genet decía que había que atacar en el terreno del enemigo, considerando al mundo de las finanzas y el cálculo un enemigo porque ha invadido todo, ¿se puede evitar el control? Es decir, hay una "policía de turno" que se ocupa de velar por los intereses de los oligopolios, hay blogs, autores y autoras que cumplen esta función, o son utilizados por el sistema con o sin su consentimiento. muchas veces no pueden escapar, es el caso de muchas personas escriibiendo para servir al propio sistema que los tortura. una gran mayoría aplica esas reglas del mercado a su propio trabajo y la literatura se parece cada vez más cerca de la publicidad que a la rebelión, que es cada vez más alienante que limpiadora, que es una farsa, un evento trágico de la sociedad del espectáculo. Sin embargo, algunas seguimos, ¿por qué? porque es imposible abandonar la escritura, y por varias razones, porque es una cura, una estructura para poder avanzar en el mundo, porque es la máscara que se hace rostro, que respira y vive. no esa máscara mortuoria de esta época de delirios de grandeza, de robotización e hibridación de emociones, es oxígeno.
si muchas personas no entienden lo que está pasando es que no se puede ser "juez y parte", estar en la imagen y verla, se necesitaría pintarse dentro del retrato, como en el cuadro de Velázquez para verse y tener una imagen menos borrosa, cosa que muy pocas personas están dispuestas a hacer. tienen que verse en lugar de otras personas, dejar de rendirse al mundo "tal y cómo es", aprender a distinguir colores, no vaya a ser que nos quedemos encerradas en esa oscuridad.
jeudi, mai 26, 2016
dimanche, mai 01, 2016
libros de la colección de La mujer rota
estos son los libros de la editorial chilena La mujer rota, un esfuerzo por continuar publicando y aoyando la diversidad y el pensamiento crítico en la literatura. Espero que los sigan... aquí también está uno de mis libros, y estoy, comment en dire... feliz!!
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