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vendredi, mai 23, 2014

inscribir la vida

cierto que siempre tengo que inscribir lo que escribo, darle una realidad textual, no solo evocarla con la memoria. Pero es cierto también que dos blogs, los libros, me producen un estrés constante, tengo que vivir y no siempre escribir!
difícil elección. No se sane para quién ni por qué se escribe, esto se inscribe más en la lógica del don, pese a que algunas veces la necesidad de una reciprocidad, tan solo para sentir esas presencia, se hace imprescindible.

Noto que el lenguaje cada vez está más encerrado en la subjetividad, que nadie acepta al lenguaje como un gesto colectivo, que incluye a los demás, de ahí quizás el título de la última película de Godard, Adiós al lenguaje, ¿adiós a la utopía humana como vivir juntoAs, intentar compartir, pensar que podemos decir-nos, confiar en los demás? Algo de eso hay, y si un perro ocupa el lugar del ser humano, es porque hemos retrocedido hasta lo más básico, a una lógica de supervivencia desesperada, ciega.
Si los perros pueden comulgar, como dijo JLG, entonces las personas podemos seguir pensando que comulgamos todos los días pero solo hablamos en vano.
Es lo que ma parece más evidente, mientras más escribo y más exploro...

dormido mal por el calor y los zancudos que pican y producen unas irritaciones de piel realmente molestosas. las ideas flotan, bailan en la cabeza y corro tras ellas...

descanso.

mercredi, mai 14, 2014

Por una contra historia de la literatura

Por una contra historia de la literatura

Creo que es tiempo de pensar la literatura de otra manera, no como un hecho intransitivo, como se hizo en el siglo XIX, de ahí la idea de que quien escribe está encerradoA en su torre de marfil, sino como un gesto colectivo, en deuda con el afuera, puesto que el lenguaje no es otra cosa que un instrumento social y la idea de creación es relativa. Esto no anula su poder de transformación, yo sí creo que escribir es una trascendencia, es levantar la vista por encima de las verdades adquiridas, es parar la oreja, extenderse como un puente, ser traductorA de lo que estamos viendo. Es apoyarse en los demás para que el lenguaje este vivo, latiendo.
No me puedo imaginar como escritora si no es de esta manera. Escribir no es una imagen de prestigio para mí, no me coloca en el ámbito social como una profesional, tan solo como persona, y persona con todo lo que esto implica. Mi necesidad de escribir surge de una conciencia viva, encarnada, crítica, nunca podré entenderlo de otra forma. Creo que si pensamos en la literatura como en un "ascensor social", estamos perdidoAs, ni siquiera tiene un verdadero porque esa frase de Madame de Genlis: cuando satisfacemos una verdadera pasión, nos da igual el renombre, es cierta de muchas formas. Lo único que me parece terrible es que no dejen sin aquelloAs que son nuestroAs interlocureAs, las personas que, con su mirada, completan este ejercicio solitario de escribir. El diálogo siempre,sobre todo si es crítico, enriquece. Hay que pensar contra sí mismaO, escribir una contra historia donde nuestra mirada deje de ser sumisa, neo-colonial, y sea arriesgada (abandonar también las miradas clasistas, que son las que hacen que muchas veces creamos que tenemos derechos absolutos y que hacemos un favor cuando prestamos atención, cuando debemos "borrarnos" para que otra persona emerja, exista) Somos más responsables quienes escribimos, porque al final, quienes tienen conciencia de que escribir no es una diversión, salvo para algunoAs, están más convocadoAs a decirlo-

En esta feria del libro en Bogotá, a las que en general me cuesta asistir porque no me gustan las fotos, no me gustan los protocolos, ni los grupos, me gustan las conversaciones francas, frente a frente, las personas, con todas sus debilidades, los derrapes, porque no somos superiores a nadie, a lo sumo creo que escribir nos hace más concientes y quizás menos mediocres., me he sentido como una pieza suelta Yo creo, honestamente, que estamos estandarizando el discurso en lo "políticamente correcto", que estamos pensando que no podemos atrevernos a decir ciertas cosas para no "molestar" o no aguar la fiesta, sobre todo, las que estamos tan acostumbradoAs a recibir migajas  (las mujeres), que no podemos decir claramente cuáles son nuestros intereses, cuáles nuestras expectativas, arriesgarnos a mayor presencia, es escribir nuestra historia. Esta experiencia es rica en encuentros humanos, en miradas, incluso aquellas que no han sido porosas (todo encuentro, por más pobre que sea, produce un saber cuando lo miramos a la distancia), pero no perdamos de vista que escribir, inscribir y recorrer al vida, es atravesarla en todos sus estados, no solo los que nos hacen que nos sintamos mejor, si no aquellos que nos hunden en el desarraigo y la duda (tanto mejor!).
Ayer me quedé sola  (Olivier tenía que regresar) esperando mi partida. El lugar me parecía un desierto. Bogotá es una ciudad de pliegues, de páramos, de espacios vacíos donde la experiencia humana no ha dejado huella.  Pero también tiene otros donde la mano humana ha trazado un recorrido, con la calidez de sus voces y sus presencias que besan la vida. Traté de ir hacia el centro pero creo que cogí la dirección equivocada, era una calle solitaria llena de edificios en cemento, grises, desnudos. De existir la teletransportación me hubiese trasladado hasta el centro que es un enclave cálido, hermoso,  en medio de esta ciudad moderna que crece un poco enloquecida. Problema de las ciudades en Latino américa. Hay muchas cosas que me sorprendieron, el interés inspirado de la imagen mítica del Perú, de loAs estudiantes, su candor y su vulnerabilidad. Es a ellas y a ellos que me dedico esos instantes, pensando que las otras personas que escriben, hombres y mujeres, se inscriban en este texto.

mardi, mai 06, 2014

Le bonheur

siempre he admirado los libros de Seneca, sus cartas a sus pupilo, Lucilius, etc... sus textos sobre la felicidad, que en francés es bonheur, es "buena hora", hora nueva, anuncio, epifanía.

acabo de ver una imagen en un CCChacaíto: una morena anciana, hermosa, tratando de subierse a la escalinata eléctrica, aterrada, que coge el brazo que un joven bellísimo, le exttiende. Se me encogía el corazón de ternura!
justamente, la ternura es un estado de plenitud, de conexión con el mundo.
tengo muchos estados de ternura, y eso me alivia-
no soy tan villana ni tan superficial.
escribir siempre me ha parecido la libertad más absoluta., la verdadera, y sin embargo, ahora siento que, para llegar a ciertas personas, tengo que exponer a otras. Dilema y es delicado, es como si para proteger tuvieses que tocar heridas, mostrarlas...

pensaba en mis momentos de felicidad, de plenitud, escribiendo, muchas veces, en compañía de otars personas, también muchas veces. soy, de hecho una persona muy afortunada. O es que este amor loco por la vida no se calla, es siempre una canción,

O una pandereta!!