Pages

lundi, novembre 10, 2008

Anoche

Anoche he tenido una serie de pesadillas originadas en la lectura de un blog lleno de agresiones que no he sabido cómo interpretar ni dónde colocar. Lo que sé es que mi trabajo es con el lenguaje y con sus representaciones, las más violentas, que desean ser reemplazadas por otras más armoniosas. No ignoro los retos que hay que enfrentar: incomprensión del discurso, malos entendidos y tergiversaciones que nos llevan a desconocernos en esa imagen que muestran de nosotroas. Lo mío es un recorrido para re-conocerme sin limar las fallas. Un amigo me mandó desde Lima un artículo sobre la violencia simbólica del lenguaje y la fragmentación que se produce (subconscientemente) del cuerpo de la mujer, sobre todo, a través del lenguaje empleado en cierta literatura. Yo sentí que, con El último cuerpo de Úrsula, yo había intentado un retrato del cuerpo fragmentado por una mirada que viene desde el exterior hasta lograr hacerse objetiva en un síntoma: la parálisis. Luego, después de varios libros, siento que pudo haber pasado a una observación, activa, y desde lo afectivo, hacia los otros, los que miran. Y, en muchos casos, los hombres. Para poder avanzar es necesario limpiar el terreno de minas, y ese ha sido el trabajo que he venido haciendo: plantar árboles frondosos ahí donde había desierto interior por falta de diálogo...como si se tratara de construir puentes. Siempre creemos que esos árboles frondosos pueden dar sombra y calor a quienes los ven crecer, los leen en este caso. Y por eso cuando las palabras quieren arrasar, castigar, tenemos una impresión de despersonalización (y de responsabilidad ) hacia nuestro propio discurso. Yo huyo de la violencia, no tengo la piel dura y siempre me alcanza y me atemoriza. Pero creo que caminar en silencio permite regresar a nuestro camino sin perdernos de vista y sin desgastarnos.Sobre todo no olvidarnos que estamos aquí para tratar de comprender algo más de lo que hemos aprendido hasta ahora.

1 commentaire:

Lucero Ugaz Poémape a dit…

te abrazo, sé como se siente, desde el fondo algo huye. me encanta que no tengas la piel dura, deberían de haber más personas así